El miedo como emoción primaria que compartimos con la mayoría de animales, está relacionado directamente con nuestra supervivencia y la de personas cercanas, es una emoción “preservadora de la vida” (Boon, S.,Steele, K. y Van Der Hart, O. 2014). Como toda emoción tiene un propósito: nos alerta de la existencia de un peligro o amenaza para que organismo ponga en marcha mecanismos para hacer frente (luchar, huir o paralizarse).