¿Cada cuanto chequeas tus relaciones personales?

Resulta curioso que la mayoría de nosotros dediquemos un tiempo a revisar nuestra casa, cada temporada  hacemos limpieza general, ordenamos, nos deshacemos de lo que ya no sirve y hacemos hueco para incorporar lo nuevo, de la misma manera cuidamos  el coche, especialmente si pensamos hacer un viaje largo con él; lo llevamos al mecánico, cambiamos filtros, revisamos la presión de los neumáticos; y sin embargo ¿ cuánto tiempo dedicamos a revisar nuestras relaciones personales? ¿Acaso son menos importantes que la casa o el coche?

Cuando hablamos en consulta sobre este tema siempre pregunto: ¿Qué te falta? y ¿Qué te sobra? me parecen dos preguntas muy potentes para indagar y descubrir aspectos relevantes de nuestras relaciones, que te falta y que te sobra en la relación con tu familia, con tu pareja, amigos, compañeros de trabajo etc.

En general las respuestas que obtengo van encaminadas a dos grandes temas: la violencia y la falta de validación.

Es sencillo cuando hay actos violentos como gritos, insultos, portazos, agresiones físicas, declarar que nos sobra todo esto en nuestras relaciones. La violencia puede ser muy evidente y fácilmente reconocible, pero también puede ser muy sutil, puede presentarse bajo  un formato que la persona no llegue a reconocerla  a simple vista ,por ejemplo , imaginemos un niño que constantemente es ensalzado por las notas que obtiene en los estudios, o por sus hazañas deportivas , es un niño que crece entre aplausos y elogios, pero que solo recibe atención si consigue buenos resultados, ¿existiría  violencia aquí?,  cuando el niño pasa a ser reconocido solo en base a sus logros, y no por lo que realmente es, se convierte en una especie de “niño trofeo” del que presumir ante los demás, sin importar realmente lo que él necesita o desea. Estaríamos hablando de una violencia mucho más sutil y por tanto difícil de reconocer.

La falta de validación tiene que ver con el reconocimiento que obtenemos por parte de los demás ante nuestras emociones, ideas, opiniones, decisiones, intereses, etc. Cuando una persona expresa una idea y nadie comenta nada acerca de ella, sino que se pasa a conversar de otro tema , es como recibir un portazo en la cara,  la persona se queda con la sensación de que lo que tiene que aportar no interesa o  que ella no es inteligente. Cuando un niño nos cuenta ,por ejemplo que le da miedo ir solo al baño porque el pasillo de casa está oscuro, y le contestamos:¡ no digas tonterías y ve!, estaríamos invalidando su emoción. Cuando un adulto nos habla de sus ideas políticas, que son diferentes a las nuestras, y al expresarlas simplemente lo miramos con desprecio o contestamos con ironía,  estamos invalidando a esa persona.

Ante estas situaciones el malestar emocional que sentimos puede ser el timbre que nos avisa de la necesidad de hacer cambios, igual que la fiebre actúa como una señal, que nos indica que tenemos que parar , tomar algo y si no desaparece en unos días consultar a nuestro médico , el malestar emocional sería la señal que nos invita a revisar nuestras relaciones personales. Detectar las sutilezas se convierte en algo necesario para saber qué necesitamos corregir.

Por otro lado, no podemos olvidarnos que las relaciones personales funcionan en ambos sentidos, es decir, no solo cuenta lo que me falta o me sobra a mí, también es importante revisar lo  que yo doy, y cómo lo doy.

Algunas personas solo están dispuestas a recibir y otras lo dan todo en el primer minuto. Si no cuidamos el factor  tiempo, aunque con la mejor de nuestras intenciones queramos ofrecer algo a los demás , podemos resultar invasivos y molestar, por el contrario si solo recibimos atención y  cariño y no estamos dispuestos a realizar ningún esfuerzo, o adoptar compromisos respecto a los otros ,más pronto que tarde nos dejarán de lado. Las relaciones sanas se guían por el principio de reciprocidad, el famoso  “hoy por ti y mañana por mí”, encierra una idea  clave para sostener las relaciones a largo plazo.

Violencia, validación , reciprocidad, tres elementos sobre  los que os invito a reflexionar, a mirar vuestras relaciones personales y descubrir cómo están, en ambos sentidos ,tanto lo que recibís como lo  que dais.

Psicóloga Marga Mateu

Psicóloga
Adultos y familias

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