Tras los primeros meses de embarazo, cuando se empiezan a notar los movimientos del bebé, es frecuente que las futuras mamás se acaricien el vientre, le hablen, le pongan música, etc. Pero, ¿Qué base científica tiene esto?, ¿de verdad estamos estimulando a nuestro hijo?
La Estimulación Prenatal se compone de técnicas y ejercicios para estimular el desarrollo de los sentidos del bebé. Diversos estudios han demostrado que, con la práctica continuada de estos ejercicios, aumentan las conexiones neuronales. De forma que, potencian el desarrollo físico, intelectual, social y emocional del futuro bebé, así como, el vínculo afectivo madre-hijo.
De esta manera, se ponen en práctica técnicas de estimulación auditiva, táctil, visual y motora, además de trabajar el bienestar emocional de la futura mamá, ya que su estado afectivo influye en el desarrollo del bebé.
Algunos beneficios son:
- Captan, procesan y aprenden más rápidamente.
- Tienen una mejor atención y concentración.
- Nacen más relajados, lloran menos y duermen mejor.
- Tienen más éxito en la lactancia.
- Tienen mayor desarrollo lingüístico, motor y sensorial en edad escolar.
Sin embargo, no sirve cualquier ejercicio en cualquier momento. Una mal práctica o una sobreestimulación pueden ser perjudiciales. Siempre hay que estar asesorado por un profesional y seguir sus pautas.
¿Cuándo se puede empezar?
Un buen momento para comenzar, es a partir de las 12 semanas de embarazo, porque los órganos de los sentidos y sus correspondientes centros cerebrales ya están formados. Es aconsejable realizar estos ejercicios con la pareja y con otros hijos (si los hay), para aumentar el vínculo entre ellos.
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