La familia puede ser una gran fuente de apoyo para las personas y también una fuente de angustia, de incomprensión y de dolor. Vivir relaciones familiares de calidad es necesario para que las personas crezcan y se desarrollen de manera sana.
Conforme las familias van evolucionando atraviesan una serie de etapas (la formación de la pareja, nacimiento del primer hijo, la entrada de los hijos en la adolescencia, nido vacío…) y es sobre todo en la transición de una a otra donde surgen los conflictos propios. Para pasar a la etapa siguiente han de realizarse algunas tareas (Díaz Morfa, 2003) que va a requerir un cambio en la organización de la familia ya que van a suponer el afrontamiento de una serie de retos para que esta funcione competentemente.
Un ejemplo de ello, lo protagonizan Jorge y su madre.
Jorge va a cumplir 13 años, vive con su madre y acaba de empezar el instituto. Tras una relación casi idílica entre los dos, empiezan a tener conflictos de alta intensidad. Los nuevos retos que plantea para ambos la adolescencia, supone un desequilibrio entre las necesidades de Jorge y el espacio otorgado por la madre. La defensa de la privacidad y de mayor libertad por parte de Jorge en contraposición al intento de la madre por mantener las pautas de relación de la niñez, a la vez que es necesario que se mantengan las necesidades infantiles de protección y control por parte de ella. Se hace necesario, negociar nuevas reglas en casa más propias de un joven que de un niño; flexibilizar horarios, tiempo fuera de casa y las salidas con los pares, permitir que tome sus propias decisiones, ofrecer la posibilidad de experimentar… en definitiva, trabajar por la consecución de una mayor independencia para ambos.
Como de la de Jorge, las familias, pueden necesitar ayuda psicológica para gestionar las diferentes etapas del ciclo vital o los momentos estresantes de la vida, como el fallecimiento familiar, enfermedades, separaciones, conflictos personales, experiencias traumáticas entre otros.
La Terapia Familiar Sistémica es un modelo de psicoterapia que contempla los problemas de un individuo en relación a otras personas significativas, como la pareja, la familia, las amistades…etc.
Trabajar con toda la familia tiene el objetivo de ayudar a que las personas superen una crisis e ingresen en una nueva etapa de la vida familiar, afrontando los cambios y aliviando el sufrimiento. Para ello, se focaliza en la mejora de la comunicación y del ambiente familiar, de la autonomía e individuación y en la mejora de los lazos de unión. Se trabaja en la reducción del conflicto a través del desarrollo de habilidades y estrategias de afrontamiento, la compresión mutua y el apoyo emocional. En definitiva, el objetivo es capacitar a los miembros de la familia para que ellos sean su mejor recurso.
Como dice Guy Auloos (1998), una familia solo puede plantearse problemas que ella misma es capaz de resolver.