Cuando observamos alguna dificultad en la forma de hablar o en la manera de comunicarse de alguien (ya sea niño/a, adolescente o adulto), pueden surgir dudas sobre cómo actuar, los pasos a seguir o preguntas sobre el proceso de intervención logopédica.
¿Qué debemos hacer si detectamos una dificultad de habla o lenguaje?
En el caso de los niños y niñas, lo más importante ante cualquier duda sobre si se debe actuar o no, es saber si lo que se ha observado forma parte del desarrollo evolutivo del lenguaje o del habla.
Cabe diferenciar claramente, tanto en lo referido al momento de comenzar como al tipo de la intervención, si se trata de una dificultad en el habla o en el lenguaje.
Las alteraciones en el habla, generalmente, son dificultades a la hora de articular los fonemas o sonidos (no poder pronunciar la /L/, la /S/ o la /RR/) y dependerá de la edad y de otros factores para que se considere necesaria una intervención o no.
Si donde se manifiestan las dificultades es en el lenguaje, en estos casos aparece una afectación en la comunicación que interfiere en la comprensión, en la expresión y en el aprendizaje. Aquí es fundamental intervenir lo antes posible.
A la hora de abordar cualquiera de las anteriores dificultades el proceso de intervención consta de varios pasos:
- En un primer momento, para poder identificar las necesidades específicas de cada paciente, es necesario recopilar información detallada para hacer un diagnóstico y diseñar un plan de intervención personalizado. En el caso de niños/as y adolescentes, esta información se recoge en una primera entrevista con la familia, donde se preguntan datos sobre el desarrollo en general y del lenguaje, en particular. En algunas ocasiones, también se requiere información proveniente de profesionales, como docentes, orientadores escolares o del ámbito médico.
- A continuación, es imprescindible realizar una evaluación de las habilidades lingüísticas del paciente en las diferentes áreas: expresión oral, comprensión auditiva, léxico, gramática y pragmática. También se evalúa la producción de sonidos del habla, la discriminación auditiva y si existen alteraciones anatómicas o de movilidad en los órganos que intervienen en el habla (lengua, labios, dientes, paladar). Estas exploraciones se realizan administrando pruebas o test que evalúan las habilidades que presenta el paciente y las dificultades que manifiesta. La observación y la interacción a través de juegos y/o lecturas durante las sesiones con el paciente también permiten conocer el comportamiento y el uso del lenguaje y la manera de comunicarse en otras situaciones distintas.
- Una vez se terminan las sesiones evaluativas, se explica al paciente o a la familia del paciente (si son niños/as) todos los resultados de las pruebas y la valoración, diagnóstico e intervención a seguir teniendo en cuenta las dificultades específicas. A la hora de la intervención, sobre todo con niños/as, es muy importante la colaboración de la familia para que los resultados sean más eficaces. A través de juegos o pequeñas tareas en casa se va consolidando lo trabajado en las sesiones.
Siempre es aconsejable, ante cualquier duda sobre el desarrollo del habla y del lenguaje, buscar respuestas por si es necesaria una intervención temprana.
Psicóloga. Máster en Logopedia