A lo largo de mi experiencia en lo que se refiere al refuerzo escolar con adolescentes con alta desmotivación ante los estudios, después de la carga lectiva durante el día, cuando ya han finalizado las clases y el cansancio acumulado, todo ello suma esa falta de implicación en la tarea.
Entonces, si reflexionamos sobre cuál es el objetivo de aprendizaje, esto me lleva a hacer un planteamiento desde otra perspectiva diferente para poder seguir trabajando con ellos.
Por un lado, la importancia y la necesidad de suscitar el interés por la actividad que se está desempeñando. Por otro, dirigir y mantener el esfuerzo con el fin de lograr el objetivo de aprendizaje prefijado.
Sin embargo, en el día a día y haciendo revisión del trabajo realizado con los adolescentes, considero que es fundamental, fuera del aula, el trabajo que se hace en equipo; la importancia de realizar tareas que tengan relación con situaciones de la vida real que los estudiantes enfrentan fuera del aula, donde ellos pueden ver el valor y la utilidad genuina de su trabajo pero, sobre todo, el elogio por el esfuerzo realizado.
La recompensa social a través del reconocimiento, dada la necesidad de aceptación personal incondicional por parte del menor, hace que pueda rendir más a la hora de alcanzar sus objetivos.
En definitiva, son las pautas generales de interacción verbal y no verbal con las que nos comunicamos con los alumnos y, sobretodo la aceptación incondicional que de ellos tenemos y nuestro interés en su progreso personal, son los que realmente marcan la diferencia.
Trabajadora Social
Intervención y Mediación Familiar