Educar en positivo.

En esta ocasión he querido hablaros de la educación en positivo. Lo primero que se nos pasa por la cabeza seria si es posible educar con cariño, pero a la vez con firmeza, la respuesta es SI. 

Los padres de hoy en día procedemos de una educación firme, autoritaria y basada en el castigo. A raíz de ello, muchos papás piensan que darle todo lo que quiere a su hijo es necesario para que no se sienta frustrado y basan la educación de su pequeño en la sobreprotección. A estos papás les preguntaría si conciben la vida sin frustración. Todos nos enfrentamos diariamente a situaciones que no eran exactamente las que queríamos o esperábamos. El manejo de la frustración debe ser aprendido en el lugar donde el niño se siente más seguro, su casa, y ayudado por sus dos grandes pilares, sus padres.

Otros papás piensan que la educación que ellos recibieron no les ha ido tan mal, “una torta a tiempo nunca viene mal”. A estos papás les preguntaría si se sentirían cómodos y permitirían que los profesores de sus hijos y otros adultos, les gritasen, amenazaran o les pegaran una colleja, la respuesta sería un rotundo NO.  Entonces por qué utilizar métodos que no concebimos que nuestros hijos reciban de otras personas. También afirmar que estudios científicos confirman que el cerebro del niño reproduce comportamientos aprendidos de sus padres. ¿Queremos que nuestros hijos se relacionen así con la sociedad?

La educación en positivo nos ayuda a poner límites y normas tan necesarios para nuestros hijos, pero siempre desde el respeto. Respeto hacia nuestros hijos y hacia nosotros mismos.

A continuación, os enumero diez pautas para educar en positivo:

  • Sé amable y cariñoso: las normas y los límites no tienen más efectividad con los gritos, de hecho, todo lo contrario, dan lugar a emociones como el miedo y las inseguridades.
  • Desarrolla su autonomía: ayúdale a crear su propio yo, refuerza sus logros y apoyale en sus fracasos. No lo hagas por él y tampoco recrimines sus fallos, anímale a seguir intentándolo.
  • Establece límites claros y respétalos: no cambies dichos límites según las emociones que tengas tú ese día, si has estado estresado en el trabajo o por lo contrario es fin de semana y tenemos más tiempo para poder aplicar las normas.
  • Sé ejemplo: los niños imitan lo que ven y más si se trata de las personas más importantes para ellos, sus padres. No puedes pedirle a tu hijo que deje de gritar, gritándole. O esperar que te cuente que tal le ha ido en el colegio, si nunca hablo con él de mis propias emociones.
  • Involúcrale en los objetivos.Pídele que te ayude a poner la mesa, hacer la cena o poner la lavadora.
  • Ponte en el lugar del niño, piensa si su comportamiento tiene que ver con su cansancio, que tiene hambre, etc. Ajusta tus expectativas a la situación.
  • Dialoga con él, escúchale, permítele que se equivoque.
  • Busca las soluciones con él. Si las soluciones son impuestas no son efectivas para la él, por lo tanto, es difícil que las interiorice y las utilice.

Aquí os dejo una pequeña pincelada de la educación en positivo, si consideras que no tienes las estrategias suficientes o no sabes cómo aplicarla, pero crees que necesitas un cambio en la educación de tus hijos, no dudes en llamarnos.

 

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