La mentira en la infancia, ¿para qué sirve?

Muchos son los papás y mamás que en algún momento de la crianza de sus hijos presencian y descubren que los niños mienten, aspecto que pone en alerta, dado que no ven la necesidad de dicha conducta, no se comprende y genera preocupación por saber si están educando de manera adecuada.

Lo cierto, es que las mentiras forman parte del desarrollo evolutivo de los niños, son necesarias y adaptativas. Y a pesar de que no nos gusta que lo niños mientan, es un aspecto socializador de adaptación del ser humano, el cual, valga la redundancia, estaría mintiendo si no digo que incluso los adultos utilizamos en algunas situaciones.

Las mentiras tienen su función, persiguen un fin que es importante conocer cuando son utilizadas por los niños para poder ayudarlos y evitar que se convierta en un hábito.

Los tres motivos principales por lo que los niños utilizan las mentiras son:

  1. Para evitar o retrasar algo desagradable, como por ejemplo evitar hacer deberes, estudiar, u otra actividad no deseada en el momento.
  2. Por la dificultad que les supone reconocer ciertas conductas inapropiadas y, así evitar, a toda costa, las consecuencias negativas de las mismas.
  3. Conseguir una mayor atención y aprobación de los padres y/o de su grupo de iguales.

Ahora bien, ¿Cómo actuar si nos damos cuenta de que nuestros hijos mienten?

A continuación, se exponen algunas claves a tener en cuenta:

  • Educar con ejemplo, es la principal, puesto que tus conductas serán imitadas y transferidas a los niños.
  • Identifica la función de la conducta. Si se trata de un genuino deseo de usarla como mecanismo de defensa ante una situación desagradable; o si, por el contrario, es una conducta motivada por la necesidad de aprobación o mayor atención.
  • En el caso de que identifique que las mentiras se dirijan a aumentar el reconocimiento del niño/a, párate a escucharlo, comprenderlo y ayudarlo a solucionar este aspecto, puesto que será importante reforzar su autoestima y reconocerle los méritos con el fin de que no vuelva a utilizar la mentira con dicho fin.
  • Es importante comunicarse con los hijos de una manera amable y comprensiva para intentar comprender la función de la mentira, evitando dejarlo en ridículo y que por tanto no se sienta humillado.
  • Trata de no dejarte llevar por emociones como el enfado. Mantener una actitud neutral hará conocedores a los niños de que somos conscientes de que han mentido.
  • Explícales el por qué no es adecuado mentir, así como la importancia de decir la verdad para fomentar la confianza con las personas.
  • Si las mentiras son frecuentes establece una regla y consecuencia que sea reparadora (ejemplo que repare el acto o que fomente la colaboración del niño) con el fin de ir reduciendo/eliminando dicha conducta.

Aunque como se ha comentado anteriormente las mentiras cumplen una función adaptativa y social en el ser humano, es importante tener en cuenta que éstas serán menos probables en contextos familiares donde se fomente una relación con los niños/as de confianza y respeto, donde reine la empatía y comunicación, con altas dosis de cariño y donde las consecuencias lejos de ser castigos sancionadores sean actos reparadores que les ayude en el desarrollo de una autoestima positiva.

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