Desde hace unos años se investiga la relación que el uso de las nuevas tecnologías (tablet, móviles, consolas, videojuegos, ordenadores) tiene en el desarrollo y aprendizaje de las niñas y niños.
Actualmente, el término nativos digitales ya nos es conocido y con él denominamos a una generación que desde temprana edad está inmersa en un mundo cada vez más tecnológico. Son los niños y niñas habituados a interactuar con una pantalla, y que cogen un móvil, una tablet o un ordenador y lo utilizan de manera intuitiva, sin necesidad de un aprendizaje especial o un entrenamiento previo.
Estamos acostumbrados a ver a adolescentes y adultos con móviles en la mano, jugando a videojuegos, o consultando y buscando información. Pero cada vez es más común también ver a niños y niñas de apenas uno o dos años viendo dibujos en una tablet, “pasando” la pantalla del móvil o buscando vídeos en YouTube. Y esto se ha incrementado todavía más durante este tiempo de confinamiento que nos ha tocado vivir.
Podemos escudarnos en que esos dibujos son educativos, que los niños y niñas están entretenidos mientras esperamos en algún sitio o que nos dejan un rato tranquilos en casa cuando intentamos realizar cualquier tarea o desconectar nosotros mismos del día a día.
Pero…¿es buena esa exposición a las pantallas en niñas y niños tan pequeños? ¿Tiene riesgos que jueguen con el móvil o la tablet?
¿Qué nos dicen los estudios?
Son muchas las investigaciones que se están llevando a cabo sobre cómo afecta en el desarrollo y en el lenguaje de los niños y las niñas el tiempo que pasan delante de las pantallas.
Una de las más importantes es la realizada en la Universidad de Toronto (Canadá), durante una década, por la doctora en Psicología Sheri Madigan y presentada en la Reunión de Sociedades Académicas Pediátricas 2017. También la Dra. Montserrat Pons, neuropediatra del Hospital de Manacor en Mallorca, ha estudiado la conexión entre el tiempo que los niñas y niñas pequeños pasan frente a los dispositivos y el desarrollo del habla, y en mayor profundidad, su efecto entre los 0 y 2 años.
Según estos estudios, los niños y niñas pasan un promedio diario de 28 minutos frente a la tablet o el móvil, y un 20% de los menores de 18 meses, un mínimo de 30 minutos frente a las pantallas. Estas cifras resultan alarmantes y, más aún, al establecer las consecuencias de esta exposición diaria, que ha sido asociada a un incremento del 49% en retrasos del habla. Los especialistas observaron que estos menores empezaron a hablar más tarde de lo esperado, mostraban dificultades para transformar sonidos en palabras, tenían escasa fluidez verbal a la hora de relatar cualquier cuestión y poca comprensión para su edad cronológica.
No sólo se observan dificultades en el lenguaje, ya que también pueden aparecer problemas conductuales como falta de atención y, en niños más mayores, puede aumentar el riesgo de obesidad y favorecer los trastornos del sueño por la exposición a la luz de las pantallas. Un abuso desmesurado de las pantallas afecta a las funciones ejecutivas (que, simplificando mucho, podemos describir como las funciones que nos ayudan a aprender y madurar), que se ven mermadas y, por tanto, repercute en el desarrollo cognitivo de los niños y niñas.
Los resultados de estos estudios permiten establecer la creciente evidencia de que el exceso de tiempo frente a las pantallas puede tener consecuencias en el desarrollo de los niños y niñas y, cuánto mayor es el tiempo que los menores de 2 años pasen frente a las pantallas, más aumenta la probabilidad de que tengan retrasos en el desarrollo del lenguaje y el habla.
La comunidad médica (pediatras, neuropediatras, psicólogos y logopedas) desaconseja todo tipo de pantallas antes de los 2 años, pero el móvil y la tablet llegan a ser más perjudiciales porque el adulto pierde el control de lo que los niños y niñas están viendo. En el caso de la televisión es más fácil supervisarlo y, sobre todo, interactuar con ellos.
Entre los 3 y 6 años aconsejan introducir contenidos educativos y como máximo una hora de televisión o equipo electrónico al día.
¿Qué podemos hacer?
Privar a los niños y niñas el acceso a las pantallas no es la solución, ya que forman parte de nuestra cotidianidad; además, un buen uso de estas puede ser positivo, y también puede ayudarles en su aprendizaje (mejorar en los reflejos, en la coordinación visomotriz, resolución de problemas, razonamiento lógico, orientación espacial y estrategia).
Sin querer ser alarmista, pero buscando la reflexión y el sentido común, es importante informarnos y tratar de aplicar un uso moderado y responsable.
Dosificar el tiempo y el uso de los dispositivos tecnológicos, junto con la selección de contenidos lúdicos y a la vez educativos, siempre acompañándolos y bajo supervisión digital por lo menos hasta los 6 años.
Sabemos que los dos primeros años son fundamentales para el desarrollo del habla y del lenguaje, y que este se aprende interactuando con otras personas. Las pantallas no reemplazan esa interacción personal.
Dedicar más tiempo compartido con los niños y niñas, interactuando con nuestros hijos e hijas, leyendo cuentos, hablando, jugando, realizando cualquier actividad de ocio fuera de casa, incluso utilizando juntos los dispositivos tecnológicos contribuirá a reforzar sus habilidades lingüísticas y a mejorar su vocabulario:
Buscar programas educativos de alta calidad, aquellos que hablan directamente a los niños y niñas son útiles para aprender nuevas palabras y sonidos.
Dirigir la atención hacia contenidos específicos y realizar preguntas abiertas sobre lo que están viendo, qué está ocurriendo y reforzar conceptos para estimular su aprendizaje.
Emplear los dispositivos para chatear por vídeo con familiares, amigos y compañeros de escuela. Utilizar esas conexiones sociales para fomentar las expresiones verbales. Incluso los menores de 18 meses pueden disfrutar durante un rato de estos momentos.
Dar ejemplo a nuestros hijos e hijas cuando estamos con ellos, desenganchándonos de nuestros dispositivos para dedicarles ese tiempo de escucha y atención activa tan enriquecedora para todos.
Si os genera dudas el desarrollo del lenguaje y el habla de vuestros hijos e hijas o resulta complicado encontrar maneras de limitar el uso de dispositivos tecnológicos, podéis contactar con nosotros y os acompañaremos en la búsqueda de las mejores soluciones.
Psicóloga. Máster en Logopedia