Cada vez con más frecuencia odontólogos y ortodoncistas recomiendan a sus pacientes, tanto niños como adultos, que realicen tratamientos logopédicos para asegurar la eficacia de la ortodoncia.

Las alteraciones dentales, generalmente, están condicionadas por un apoyo inadecuado y continuo de la lengua en algunas zonas (dientes, labios) con la consiguiente deformidad bucal y desplazamiento dental.

También podemos encontrar asociados a estas alteraciones dentales ciertos hábitos, como la respiración oral o bucal, la succión digital y dificultades en la masticación y deglución de alimentos (lo que se denomina deglución atípica). Esta última es una disfunción oral que se caracteriza por un incorrecto posicionamiento del órgano lingual durante la deglución. La lengua empuja los dientes hacia delante o se coloca en medio de ellos, a la hora de tragar, y esto genera que no se produzca la oclusión o cierre correcto dental.

Estas alteraciones y malos hábitos con frecuencia conllevan además distorsiones en la pronunciación de algunos sonidos al hablar y falta de tono muscular en toda la musculatura facial.

Si este mal hábito persiste en el tiempo, se producen las maloclusiones dentales que necesitan de una combinación de tratamientos desde la ortodoncia y desde la logopedia.

El ortodoncista trabaja a nivel anatómico, corrigiendo con los aparatos necesarios el trastorno de la mordida o maloclusión dental, y el logopeda normaliza las funciones orales alteradas como la respiración oral, la colocación adecuada de la lengua, la deglución correcta de alimentos, etc.

Con la terapia miofuncional, los logopedas conseguimos posicionar correctamente la lengua y los músculos orofaciales, para lograr una buena masticación y deglución de los alimentos, corregir las alteraciones del habla y contribuir a que la ortodoncia actúe eficazmente.