“No tenemos nada, no tiene por qué darme explicaciones” …este tipo de frases son cada vez más comunes.

En la actualidad, desde la pandemia y junto con el uso de las nuevas tecnologías, se ha reforzado más la idea de vivir el presente y venimos observando que se han incrementado las relaciones que perduran poco en el tiempo.

Cada día nos relacionamos más a través de las redes sociales, lo que nos conduce a nuevas formas de comunicación y de relación que nos están llevando a desarrollar actitudes cada vez menos respetuosas. En un mundo cada vez más individualista hay personas que confunden el cuidarme yo con ponerse por delante de los demás.

En cada una de las relaciones que mantenemos, del tipo que sea, hay un vínculo, por tanto, hay una responsabilidad hacia esa persona.

En ocasiones, los miedos y las inseguridades pueden llevarnos a desarrollar ciertas corazas emocionales, que nos conducen a adoptar ciertas actitudes evitativas en la relación con los demás, y a no plantear de forma clara y honesta las necesidades que tenemos en la relación con el otro, por ejemplo, por miedo a generar un conflicto, o por propia comodidad.
Estas dinámicas provocan heridas emocionales que son difíciles de manejar, nos deshumanizamos volviéndonos carentes de empatía, nos distanciamos de nuestras emociones, no reconociendo las propias acciones y sus consecuencias, anulamos o minimizamos las de los demás.

Fruto del avance de las redes sociales, de las nuevas aplicaciones para entablar relaciones y de este cambio social que llevamos observando, nacen algunos de estos términos que se han puesto de moda:

“Ghosting” (derivado del inglés; fantasma) , es decir, cortar toda comunicación sin dar explicaciones.

Luz de gas o “gaslighting”: se trata de una manipulación de la percepción de la realidad del otro, negando la realidad, cambiando lo ocurrido o presentando información falsa con el fin de hacer dudar a la víctima de su criterio, de su memoria.

“Breadcrumbing”, o “migas de pan”, es la tendencia por la que la persona no quiere asumir compromiso pero dejan migajas para que exista un enganche a la relación con la falsa creencia de que están interesados/as, como el perro del hortelano, ni come ni deja comer.

“Cushioning”: (derivado del ingles ; almohada) se da en relaciones donde se tienen citas con varias personas que sirven de sostén, cuando la relación principal se ha roto o no funciona. El objetivo que tiene es de paliar el sufrimiento para no quedarse solo/a cuando la relación termina, como una forma de autoprotección.

“Benching”: consiste en mantener conversaciones con la persona de interés de tipo intermitente, con la intención de que la otra persona continúe interesado/a sin llegar a concretar nada, y sin tener intenciones de ello hasta conseguir el reemplazo.

“Lovebombing”;  busca cautivar a una persona a través de gestos afectuosos exagerados, cuyo objetivo es la manipulación. No es fácil identificarlo, pero alguna de las claves podrían ser detectar cumplidos excesivos, muestras de afecto extravagantes.

¿Te has sentido identificado con alguna situación? Intenta valorar entonces, porque lo has hecho, al otro lado hay una persona, con sus sentimientos.

Todos estos comportamientos son potenciadores de inseguridades, desconfianza y ansiedad.

¿Qué es la responsabilidad afectiva?

• Tomar conciencia de como mi actitud, decisiones y actos puedan afectar a los demás, hay que asumir la responsabilidad de nuestros actos.
• Comunicar de forma explícita y clara, qué queremos, qué no, qué nos molesta, qué sentimos, que es lo que esperamos en la relación y establecer los acuerdos necesarios para llevar una relación lo más sana posible.

Normalicemos tratarnos y comunicarnos bien, sea de la forma que sea nuestra relación con la otra persona.