¿En qué consiste?
El trastorno dismórfico corporal (TDC), anteriormente conocido como dismorfofobia, es una enfermedad que se caracteriza por la preocupación por un defecto imaginario del aspecto físico, que causa un sufrimiento significativo e interfiere en áreas importantes de la actividad diaria. Si realmente existe una pequeña anomalía física, la preocupación por ésta es exagerada y problemática.
¿Quién lo describió? ¿Siempre se ha llamado así?
El término dismorfofobia lo acuñó el psiquiatra italiano Enrique Morselli a finales del siglo XIX (1886).
También en los inicios fue llamado como "complejo de Tersites". Tersites fue un guerrero aqueo de la guerra de Troya. Homero, autor de los principales poemas épicos griegos, lo describe como "el más feo de los griegos, patizambo, cojo y con hombros curvados hacia dentro; su cabeza estaba cubierta con mechones de pelo y rematada en punta"
El trastorno dismórfico corporal (TDC) fue reconocido por la Asociación Psiquiátrica Americana en 1987 y fue registrado y reconocido oficialmente como trastorno psiquiátrico en 1987 en el DSM-III-R.
En el DSM-IV-TR la enfermedad pasa a llamarse Trastorno dismórfico corporal pero todavía se consideraba un trastorno somatomorfo, desde 2013, ya en el DSM -5, se ha incluido que forma parte del espectro obsesivo-compulsivo, por las características del pensamiento y los rituales que le acompañan.
¿Cuáles son los síntomas?
- Se refieren a defectos imaginarios o de poca importancia en la cara, o la cabeza como acné, arrugas, cicatrices, manchas vasculares, vello excesivo, asimetrías, desproporción facial. Estas personas pueden preocuparse también por la forma, tamaño u otros aspectos de la nariz, párpados, cejas, orejas, boca labios, dientes, mandíbula, barbilla, mejillas, etc. Cualquier parte del cuerpo puede ser igualmente motivo de preocupación, aunque las quejas suelen ser específicas (labios "torcidos" o nariz prominente) algunas veces son muy vagas: "cara torcida", ojos "poco abiertos", etc.).
- Pasan varias horas (más de 1 hora/día) comprobando el defecto en el espejo o superficies reflectantes (conductas compulsivas). A veces usan lupas para verlo mejor.
- Recurren al aseo excesivo o al maquillaje ritualizado para disminuir la ansiedad, con poco resultado. Tienen conductas tanto de evitación (tapar los espejos) como de verificación.
- Piden opiniones para tranquilizarse momentáneamente.
- Se comparan con los demás. Creen que la gente los observa, critica o se burla de ellos (ideas de referencia).
- Ocultan la parte fea (usan barba, sombrero, rellenan los calzoncillos por aparentar).
- Se aíslan socialmente por vergüenza a ser vistos y en muchos casos salen sólo de noche.
- Algunos buscan tratamientos estéticos o correctivos (cirugías, tratamientos dentales)
¿Es muy frecuente?
El trastorno dismórfico es una enfermedad poco estudiada, en parte debido a que acudan antes a un dermatólogo, médico internista o cirujano plástico que a un psiquiatra.
El DSM-5 informa de una prevalencia de hasta el 2,4% en Estados Unidos, aunque seguramente sea mayor por pasar muchas veces desapercibido
¿A qué edad empieza? ¿Afecta más mujeres que a hombres? ¿Cómo es la evolución del TDC?
El TDC suele comenzar entre los 15-30 años, y parece que afecta más a las mujeres que a los hombres.
Su aparición puede ser tanto gradual como abrupta y su curso suele ser continuo, con pocos intervalos asintomáticos. Con respecto a la parte del cuerpo en que se centran las preocupaciones puede variar con el tiempo.
El TDC muchas veces se asocia con otros trastornos graves como el trastorno depresivo mayor, el trastorno delirante, la fobia social y el Trastorno Obsesivo Compulsivo.
¿Cuáles son las causas?
Se desconoce la causa del Trastorno dismórfico corporal. Se cree que podría ser una combinación de factores biológicos, psicológicos y ambientales.
Biológicos: El alto grado de comorbilidad con el Trastorno depresivo, antecedentes familiares de trastornos del estado de ánimo y TOC más frecuentes de lo esperado, además de una buena respuesta de fármacos que actúan sobre serotonina, indican, que en al menos algunos pacientes la serotonina puede intervenir en la fisiopatología del trastorno y que éste tenga relación con otros trastornos mentales.
Psicológicos: yo frágil, timidez, perfeccionismo, baja autoestima, miedo al rechazo.
Ambientales: Estereotipos de belleza enfatizados en determinadas familias y, en general en la cultura actual puede tener un efecto significativo. Los malos tratos, abuso o abandono pueden ser también factores contribuyentes, alrededor del 60% de las personas con TDC informan de haber padecido reiterados episodios de humillación en infancia y juventud.
¿Cómo se trata?
El tratamiento de los supuestos defectos mediante intervenciones quirúrgicas, dermatológicas, dentales o médicas fracasa de modo casi invariables.
Dada la pluralidad de causas que determinan al TDC, el tratamiento debe ser generalmente psicoterapéutico (por psicología) y psicofarmacológico, principalmente con fármacos que actúan sobre serotonina (por psiquiatría).
Psiquiatra