Quizás las vacaciones de verano sea uno de los periodos más esperados del año, pues supone un largo descanso tras un curso en el que l@s niños han tenido que hacer frente a multitud de actividades, además de la jornada escolar. Llega el buen tiempo, la piscina, la playa, la montaña… días en lo que las obligaciones son menos; con ello, los campamentos y escuelas de verano, los reencuentros con amistades que no ven desde el pasado año con quienes comparten aventuras, además de un mayor tiempo para disfrutar de actividades diferentes con la familia.
Sin embargo, este periodo de vacaciones puede verse de un modo diferente dependiendo de las circunstancias por las que cada familia atraviese, puesto que son múltiples las situaciones y condiciones que se dan y ello repercutirá en que las experiencias sean vividas con mayor o menor disfrute, pudiendo generar emociones de estrés y ansiedad.
Hoy nos centramos en las familias cuyos padres se han divorciado o separado recientemente: ¿Cómo se puede afrontar este periodo con los niños/as para facilitar la adaptación a los cambios?
Lo primero y más importante, tras una separación o divorcio, es hacer conocedores a los hijos/as de la nueva situación e informar de lo que está ocurriendo, de acuerdo con una explicación apropiada a la edad del niño/a, y; por otra parte, dar la seguridad en la continuidad del amor y cuidado para con ellos/as. Por consiguiente, lo ideal, para facilitar dicho proceso de cambios es lograr llevar a cabo los horarios estipulados de una manera amistosa y adaptativa entre los progenitores.
Es posible y frecuente, tras una separación o divorcio, que se generen un aumento de conductas disruptivas en los hijos/as pequeños y/o adolescentes, así como, mayores llamadas de atención que anteriormente no se observaban. Si se dan estas situaciones, párate, mira y escucha a tu hijo/a pues posiblemente algo le ocurra y necesite expresarlo de algún modo. Las emociones, son transmitidas a todos los integrantes de la familia con la que se convive y es muy difícil que esto no ocurra a pesar de que los padres y madres sean muy cuidadosos y se esfuercen en proteger de toda emoción desagradable a sus hijos/as. Los niños/as van a percibir dichos cambios, de modo que es importante darles la oportunidad de expresar sus emociones y empatizar con ellos con el fin de facilitar la adaptación a la nueva realidad.
A continuación, se exponen una serie de factores, a tener en cuenta, para facilitar la adaptación a la nueva situación y afrontar las vacaciones de verano con éxito, tras una separación o divorcio:
- En primer lugar, los adultos serán los responsables de establecer el periodo vacacional con cada uno, ya sea de mutuo acuerdo que es la forma más deseable, o determinada por la autoridad judicial, en caso de no existir acuerdo entre los progenitores.
- La comunicación con los niños/as y adolescentes de manera natural y amistosa va a ser crucial para el afrontamiento de dicha situación. Responder de una manera adecuada a las necesidades que presenten, a aquello de lo que tengan dudas, cuidando no culpabilizar a ninguno de los miembros.
- Se ha de prever que es posible que el niño/a desee hablar con su padre /madre durante el periodo en que no están juntos puesto que es un periodo largo. De modo que anticiparse a dicha situación estableciendo un horario de llamadas para cada caso puede facilitar dicho asunto.
- Si es una situación nueva y las primeras vacaciones diferentes, es importante conocer que pueden presentar una mayor irritabilidad, frustración, tristeza u otras emociones que queremos evitar a toda costa. En lugar de eso, asúmelas, escúchalas y deja que tu hijo/a tenga la oportunidad de expresarlas, entendiendo y empatizando con dichos sentimientos que es muy probable que sean compartidas.
- En caso de que los niños/as asistan a una escuela de verano, es importante que ambos progenitores se impliquen en determinadas actividades, siempre que sea posible, como un festival o fiesta final de escuela; pues puede ser un refuerzo potente para ellos/as ver que ambos están presentes.
- Se ha de tratar de evitar las conductas sobreprotectoras y demasiado permisivas con el fin de compensar su malestar, dado que puede afectar al desarrollo de los niños/as.
- Compensar la falta de tiempo con un aumento de premios o refuerzos materiales, es un recurso erróneo que a veces se emplea con el fin de mostrarles tu afecto. En lugar de esto, busca refuerzos sociales y de contacto, puesto que lo que más desean los hijos/as es pasar tiempo de calidad contigo. Regálale momentos: un paseo con helado, una peli y palomitas, buscar formas en las nubes, juegos de mesa, una actividad que le encante, una conversación, o cualquier otra en la que estés presente.
- Las vacaciones son muy largas para los peques, por lo tanto, es recomendable, mantener en la medida de lo posible, determinadas rutinas en las que asuman las responsabilidades propias de su edad fomentando su autonomía. Ejemplo: mismos hábitos en ambas casas como recoger juguetes, lectura, juego, tiempo libre…
- Como padre o madre, evita hacer preguntas o comentarios incómodas sobre tu expareja, pues es su padre o madre a quién quiere y tienen el derecho de mantener una imagen positiva de sus modelos personales sin que interfiera en ellos la relación de los adultos. Que ellos/as expresen de manera natural aquello que deseen.
- Finalmente, evita las discusiones con tu expareja en presencia de los hijos/as, ya que lo que más les ayudará en la adaptación a la nueva situación será la ausencia de conflictos entre las personas a las que quiere.
Numerosos estudios han demostrado que los niños/as cuyos progenitores perciben la separación como la mejor solución a sus problemas familiares, tienen menos dificultades psicológicas y se ajustan mejor a dicho cambio; sin embargo, los que no están de acuerdo con esta decisión perciben en sus hijos un mayor sufrimiento.
Y, a pesar de que en muchas ocasiones se llevan a cabo las que consideramos las mejores decisiones en la protección de los hijos/as, también puede suceder que sientas que la situación te desborda. Por tanto, si necesitas ayuda de una psicóloga infantil en este proceso de cambio, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.