Hace tiempo llegó a mis manos un libro casi por casualidad, se llamaba La Buena Suerte (A. Rovira y F. Trias de Bes, 2004). Este libro es una fábula que aún hoy en día viene a mi memoria cuando me hablan de qué es tener o no suerte. Al hilo de este pensamiento, escribo hoy acerca de la buena suerte, sobre cómo atraerla.
Qué hacemos para tener buena suerte, ¿salimos a buscarla o nos quedamos en casa esperando a que toque a nuestra puerta? la buena suerte, ¿aparece de repente o hay que trabajar cada día para conseguirla?
La suerte es el azar, no depende de nosotros. No se puede hacer nada por atraerla, tan sólo esperar. La buena suerte, en cambio sí depende de nosotros, de cómo actuemos. Está directamente relacionada con la responsabilidad, con la capacidad de dar respuesta a las situaciones que se presentan. Si no asumimos esto, nuestra vida quedará en manos de la casualidad, no seremos dueños de lo que nos suceda.
¿Cómo se puede encontrar la buena suerte?
A continuación, algunos consejos para empezar a trabajar en ello:
- Sé participante activo de tu propia vida y de las decisiones que tomes en ella.
- Considera que dentro de un entorno cambiante, tú eres el factor constante dentro de lo que te rodea. Las personas, las situaciones vienen y van, tú eres el que permanece observando el momento adecuado para actuar.
- Reinvéntate. Mírate desde una perspectiva diferente, sal de tu zona de comodidad y prueba cosas nuevas o cambia la forma de hacer lo que ya haces cada día.
- Siéntete conectado, contigo mismo y con los demás. Interactúa, relaciónate. Busca con quién compartir tus inquietudes.
- Comienza nuevos proyectos o completa aquellos que un día quedaron inacabados.
- Declara, demanda tu lugar en el mundo. si no hablas, si no preguntas, nadie conocerá qué es aquello que necesitas; no podrán ofrecértelo.
- Prepárate. Dedica tiempo a trabajar en aquello que deseas conseguir.
- Actúa. Las acciones que lleves a cabo son las que te conducirán a tu objetivo.
Se dice que las que las actitudes generan pensamientos; los pensamientos, comportamientos y los comportamientos se traducen en hábitos, que forjan el carácter que determina el destino. Se trata de escribir nuestro destino, nuestro guión de vida y no dejarlo en manos de la fortuna.