El suicidio es un fenómeno complejo, a menudo impulsado por múltiples factores que rara vez se pueden desentrañar por completo. Incluso quienes sobreviven a intentos de suicidio a menudo tienen dificultades para explicar claramente sus motivos. Las personas que contemplan el suicidio suelen ver su situación de manera distorsionada, enfocándose únicamente en su dolor y no en las consecuencias para los demás. Aunque es normal tratar de entender todo lo posible como parte del proceso de duelo, algunas preguntas nunca tendrán respuestas claras. La muerte por suicidio es un evento profundamente doloroso y traumático para la familia y el entorno social de la persona. Este tipo de duelo es distinto de otros debido a la necesidad de encontrar una explicación para el suceso. Perder a un ser querido de esta manera suele estar relacionado con un impacto significativo en el bienestar físico, emocional y social, que puede incluir síntomas de depresión, ansiedad y otros problemas psicológicos como un mayor consumo de alcohol u otras sustancias, especialmente durante el primer año de duelo. También se observa un mayor estigma social, que está vinculado a angustia psicológica y un mayor riesgo de comportamientos suicidas.
Aunque no existe un comportamiento específico que prediga quién puede desarrollar complicaciones en el duelo, algunas personas que han perdido a un ser querido por suicidio pueden experimentar trastornos del estado de ánimo prolongados, problemas de sueño, conductas de evitación o estrés postraumático.
Si conoces a alguien que ha perdido a un ser querido por suicidio, tu apoyo es vital. No necesita tener todas las respuestas, tu presencia y comprensión son lo más importante. A continuación, te indico algunas recomendaciones a tener en cuenta para llevar a cabo o evitar hacer si conoces a alguien que está atravesando este tipo de duelo:
Qué hacer:
- Acércate, incluso si se siente incómodo.
- Invita a la persona a hablar sobre su ser querido.
- Acepta y respeta sus emociones.
- Ofrécete a ayudar con tareas prácticas.
- Usa términos respetuosos al hablar del suicidio.
Qué no hacer:
- Evita frases como "cometió suicidio" que pueden estigmatizar.
- No juzgues al fallecido ni a la persona en duelo.
- No busques explicaciones ni especules sobre las razones.
- No uses frases hechas que minimicen el dolor de la persona.
- Se paciente y permite que la persona exprese su dolor tantas veces como sea necesario.
Si, por otra parte, eres tú quien está viviendo un proceso de duelo, hay algunas recomendaciones que podrían ser de gran ayuda para acompañarte en este camino de sanación y ayudarte a sobrellevar el dolor de una manera más llevadera. Estos consejos están pensados para ofrecerte apoyo, guía y consuelo mientras transitas por las etapas de tu duelo, ayudándote a encontrar poco a poco un equilibrio emocional que te permita avanzar:
Liberarse de la culpa, la ira y el reproche
Liberarse de la culpa, la ira y el reproche tras el suicidio de un ser querido es un proceso complejo, pero fundamental para la sanación. Reconocer que el sufrimiento que llevó a esa decisión estaba fuera de nuestro control es un paso crucial para comenzar a sanar. Aceptar que no siempre podemos prevenir o controlar los eventos más dolorosos de la vida es un proceso difícil, pero necesario. Liberarse de la culpa, la ira y el reproche no significa olvidar o minimizar la pérdida, sino aprender a vivir con ella de una manera que nos permita seguir adelante.
El apoyo emocional es fundamental durante este proceso. Hablar con un terapeuta, un consejero de duelo, o incluso con amigos y familiares que entiendan el dolor por el que estás pasando, puede ser de gran ayuda. Es importante rodearte de personas que te ofrezcan un espacio seguro para expresar tus emociones sin juicios ni expectativas.
Además, es crucial ser amable contigo mismo. El duelo es un proceso único para cada individuo, y no hay una forma “correcta” de atravesarlo. Permítete sentir lo que necesites sentir, sin presionarte para que las emociones desaparezcan rápidamente. Con el tiempo, y con el apoyo adecuado, es posible encontrar una manera de reconciliarte con la pérdida y de avanzar hacia una vida en la que, aunque el dolor siempre esté presente, no te impida encontrar momentos de paz y felicidad nuevamente.
Piensa en el futuro
Uno de los primeros pasos para comenzar a pensar en el futuro es recordar a la persona que falleció y los buenos momentos que compartieron. Aunque el dolor pueda estar fresco y las emociones sean intensas, evocar recuerdos felices puede ayudar a mantener viva la conexión con esa persona de una manera positiva. Estos recuerdos no solo sirven como un consuelo, sino que también pueden ser una fuente de fortaleza. Recordar cómo esa persona impactó tu vida, los momentos de alegría, las risas compartidas y las lecciones aprendidas puede darte la energía necesaria para seguir adelante.
Pensar en el futuro no significa olvidar el pasado o dejar atrás a quien has perdido. Al contrario, se trata de encontrar un nuevo equilibrio en tu vida, donde la memoria de esa persona ocupe un lugar importante, pero no sea una barrera para que puedas avanzar y encontrar nuevas razones para vivir. Es un proceso que requiere tiempo, paciencia y, a menudo, la ayuda de amigos, familiares o profesionales del duelo. Sin embargo, con el tiempo, puedes descubrir que, aunque la vida haya cambiado, todavía tiene mucho que ofrecer.
Recordar los buenos momentos compartidos, encontrar maneras de conmemorar a la persona fallecida, y participar en actividades que ayuden a otros, son pasos importantes para reconstruir tu vida. A través de estas acciones, puedes mantener viva la memoria de tu ser querido y, al mismo tiempo, abrirte a nuevas oportunidades de crecimiento y realización personal.
Entender el duelo por suicidio
Las personas que pasan por este tipo de duelo a menudo se encuentran atrapadas en un torbellino de preguntas sin respuesta: "¿Podría haber hecho algo para evitarlo?" o "¿Por qué no me di cuenta de lo que estaba pasando?". Estos pensamientos son comunes y forman parte del proceso natural de intentar comprender lo que ha sucedido.
Es fundamental reconocer que el suicidio generalmente es el resultado de una enfermedad mental o de un sufrimiento emocional extremo. Entender que el suicidio no es una decisión tomada en un estado de plena conciencia, sino una consecuencia de un dolor abrumador, puede ser un primer paso importante hacia la sanación. Aceptar esta realidad no significa que el duelo será más fácil, pero puede ayudar a aliviar el sentimiento de culpa y permitirte enfocarte en tu propio proceso de recuperación.
Busca apoyo
El aislamiento puede hacer que el dolor del duelo sea aún más intenso. Cuando enfrentamos la pérdida de un ser querido, especialmente por suicidio, es crucial no hacerlo solos. Buscar apoyo en amigos, familiares o en grupos específicos para sobrevivientes de suicidio puede marcar una gran diferencia. Hablar con alguien que ha vivido una experiencia similar puede ser increíblemente reconfortante y darte la sensación de que no estás solo en tu dolor.
Además del apoyo de personas cercanas, es muy útil considerar la ayuda profesional. La terapia, ya sea individual o en grupo, puede ofrecerte herramientas efectivas para lidiar con el dolor. No hay una sola forma correcta de vivir el duelo, pero contar con el apoyo adecuado puede hacer que este camino difícil sea un poco más manejable.
Permitir el proceso del duelo
A menudo, existe la idea errónea de que el duelo sigue un conjunto de etapas predecibles o que tiene un tiempo límite en el que se debería "superar". Sin embargo, la realidad es que el duelo no tiene un cronograma definido ni un conjunto de pasos que todos deben seguir
Permitir el proceso del duelo significa darte permiso para sentir y expresar cualquier emoción que surja. Reprimir o ignorar emociones no las hace desaparecer; de hecho, puede prolongar y complicar el duelo. Parte de permitir el proceso del duelo es también reconocer que tendrás días buenos y días malos. Lo importante es encontrar lo que funcione para ti, lo que te ayude a conectar con tus emociones y a procesarlas de una manera que se sienta auténtica y reconfortante.
Practicar el autocuidado
El autocuidado es una herramienta fundamental para mantener el bienestar durante el proceso de duelo. Aunque puede parecer difícil enfocarse en uno mismo cuando se está atravesando una pérdida, cuidar de tu salud física y emocional es esencial para navegar este periodo de dolor y para encontrar la fuerza necesaria para seguir adelante.
Mantener una alimentación equilibrada: Durante el duelo, es común que las personas experimenten cambios en su apetito. Sin embargo, mantener una alimentación equilibrada es crucial para tu bienestar general, planificar las comidas, elegir alimentos ricos en vitaminas y minerales e hidratarse bien ayudará a tu organismo a sentirse mejor y a estabilizar tu estado de ánimo.
Hacer ejercicio regularmente: El ejercicio es una de las formas más efectivas de manejar el estrés y mejorar el estado de ánimo durante el duelo. La actividad física libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que pueden ayudarte a reducir los sentimientos de tristeza y ansiedad.
Dormir lo Suficiente: El sueño adecuado es esencial para el equilibrio emocional, y es común que el duelo interfiera con los patrones de sueño, pero es vital tratar de mantener un patrón de sueño saludable. Establecer una rutina de sueño, practicar la relajación antes de acostarte, evitar estimulantes o realizar actividades que te brinden paz y tranquilidad como el contacto con la naturaleza puede serte útil a la hora obtener un descanso reparador.
Ser amable contigo mismo El autocuidado durante el duelo también implica ser amable contigo mismo. No te presiones, si un día no puedes seguir tu rutina de autocuidado, el duelo es un proceso fluctuante, y es natural que haya días en los que simplemente necesites descansar.
Establecer una rutina
El duelo puede afectar profundamente nuestra capacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas. La tristeza, el cansancio emocional, y la falta de motivación pueden hacer que incluso las actividades más simples parezcan insuperables. En medio de este torbellino emocional, establecer una rutina diaria puede ser una herramienta valiosa para recuperar un poco de control y normalidad. Tener horarios regulares para comer, dormir, y realizar otras actividades diarias puede crear una sensación de predictibilidad y orden, lo que puede ser muy reconfortante cuando todo lo demás parece fuera de control.
Una rutina diaria no es solo una herramienta para organizar tu día, sino una forma de cuidar de ti mismo, de darte estabilidad, y de crear un entorno que facilite la recuperación emocional durante el proceso de duelo.
Permitirte recordar
Permitirte recordar es una parte esencial del duelo, ya que te ayuda a mantener viva la conexión con tu ser querido, incluso después de su partida. Aunque recordar puede traer lágrimas y tristeza, también puede brindarte un sentido de paz y cercanía, permitiéndote apreciar su vida de una manera significativa. Recordar a la persona fallecida es una manera de mantener su presencia en tu vida. Es importante entender que recordar no significa vivir atrapado en el pasado, sino integrar esas memorias en tu presente, permitiendo que las experiencias compartidas continúen influyendo en tu vida de manera positiva.
Algunas formas de recordar a tu ser querido son a través de la creación de rituales o conmemoraciones significativas, crear un álbum de fotos o un diario dedicado a ellos, participar en actividades que tu ser querido disfrutaba. Hablar sobre la persona que has perdido con amigos, familiares, o en grupos de apoyo. Las fechas importantes, como aniversarios, cumpleaños, o las festividades que solían celebrar juntos, pueden ser especialmente difíciles después de la pérdida, sin embargo, también ofrecen una oportunidad para homenajear su vida de una manera significativa.
Evita el aislamiento
Aunque puede parecer tentador retraerse del mundo y de quienes te rodean, el contacto social es vital para tu bienestar emocional y para ayudarte a sobrellevar el proceso de duelo. Conectar con otras personas, especialmente con aquellas que te brindan apoyo, puede ofrecerte un sentido de pertenencia y comprensión que es esencial durante este tiempo difícil.
La soledad puede intensificar sentimientos de tristeza, desesperanza y ansiedad, y en algunos casos, puede conducir a una depresión más profunda. Rodearte de personas que te entienden, que te apoyan y que están dispuestas a escucharte sin juzgar, puede ser increíblemente beneficioso. Estas conexiones pueden ofrecerte un espacio seguro para expresar tus emociones, compartir tus recuerdos y sentirte menos solo en tu dolor. Recibir ayuda no es una señal de debilidad, sino una forma de cuidarte a ti mismo. Permitir que otros te apoyen puede aligerar un poco la carga y darte la oportunidad de descansar y recargar energías.
Establecer metas pequeñas
Cuando estás lidiando con la pérdida de un ser querido, incluso las tareas más simples, como levantarse de la cama, preparar una comida o salir de casa, pueden parecer abrumadoras. En estos momentos, es fundamental reconocer que no estás en tu estado habitual, y que es completamente normal sentirse incapaz de enfrentar grandes desafíos. Establecer metas pequeñas durante el duelo te permite recuperar un sentido de control. El enfoque en pequeñas metas diarias puede proporcionarte una estructura y un propósito, lo que a su vez puede ayudarte a sobrellevar el dolor y la tristeza. Recuerda que cada pequeño logro es un avance significativo en tu camino hacia la sanación.
Algunas estrategias para establecer metas pequeñas que puedan ayudarte a avanzar, paso a paso, a través de tu proceso de duelo pueden ser, empezando por lo básico, aquellas que se centren en satisfacer tus necesidades básicas. Esto puede incluir cosas como levantarte de la cama a una hora determinada, comer al menos una comida nutritiva al día, o salir a caminar por unos minutos. Estas pequeñas acciones pueden parecer insignificantes, pero son cruciales para mantener tu bienestar.
Infórmate sobre el duelo por suicidio
Navegar por el duelo por suicidio es un desafío inmenso, y es natural buscar formas de entender y manejar estas emociones. Al hacerlo, no solo te preparas mejor para enfrentar las dificultades emocionales, sino que también te permites procesar la experiencia de manera más saludable.
Existen numerosos libros y artículos que pueden ofrecerte apoyo. Estos textos suelen abordar las particularidades del duelo por suicidio, ofreciendo consejos prácticos sobre cómo lidiar con las emociones difíciles y cómo encontrar paz y aceptación a lo largo del tiempo.
Escuchar o leer testimonios de personas que han vivido una pérdida similar puede ofrecerte una perspectiva diferente. Conocer cómo otros han manejado su duelo y han logrado seguir adelante puede darte esperanza y nuevas ideas sobre cómo enfrentar tu propia experiencia.
Crea un legado positivo
Crear un legado en honor a la persona que has perdido no solo puede ayudarte en tu proceso de duelo, sino que también puede contribuir a la vida de otras personas y dejar una huella duradera en la comunidad. Al transformar el dolor en actos de amor, solidaridad, y apoyo, estás contribuyendo a un mundo en el que la salud mental es valorada y protegida
Una de las formas más efectivas de crear un legado positivo es a través del voluntariado. Involucrarte en organizaciones que trabajan en temas relacionados con la salud mental o la prevención del suicidio puede darte un sentido de propósito y dirección. Participar en líneas de ayuda, talleres de sensibilización, o programas educativos sobre salud mental son algunas de las formas en que puedes involucrarte.
Aceptar que el proceso de duelo es largo
Cada persona vive el duelo de manera diferente. Algunas personas pueden sentir que avanzan rápidamente, mientras que otras experimentan el dolor de manera más prolongada. Es importante entender que no hay una manera "correcta" o "incorrecta" de afrontar el duelo. Un día puedes sentir que estás comenzando a superar el dolor, y al siguiente, puedes encontrarte sumido en una tristeza profunda. Estos altibajos son parte natural del duelo y no significan que estés retrocediendo en tu proceso de sanación. Aceptar que habrá fluctuaciones en tus emociones puede ayudarte a ser más amable contigo mismo.
Uno de los mayores desafíos del duelo es la presión, tanto interna como externa, para "superarlo" rápidamente. Al reconocer y respetar la naturaleza única de tu duelo, te permites sanar a tu propio ritmo. Es esencial darte permiso para tomar el tiempo que necesites para sanar. Aceptar que el duelo es un proceso prolongado también significa reconocer cuándo necesitas apoyo. A veces, compartir tus sentimientos y experiencias con otros puede aliviar parte de la carga emocional y ayudarte a sentirte menos solo en tu camino.
Reconocer los signos de duelo complicado
El duelo complicado es una forma de duelo que no sigue el curso típico de sanación con el tiempo. En lugar de mejorar gradualmente, las emociones de tristeza, dolor y desesperación se mantienen igual de intensas o incluso empeoran. Este tipo de duelo puede durar meses o incluso años, impidiendo que la persona en duelo pueda retomar sus actividades cotidianas y afectando gravemente su bienestar emocional y físico. Este tipo de duelo requiere atención profesional, ya que puede tener un impacto devastador en la vida de una persona si no se trata.
Reconocer los signos de duelo complicado es crucial para poder intervenir a tiempo y evitar que la situación se agrave. Algunos de los signos más comunes de este tipo de duelo son:
Tristeza abrumadora y persistente: La persona puede sentir un dolor profundo y constante que no le permite disfrutar de ninguna actividad, y es posible que se sienta atrapada en un ciclo de desesperanza. Este nivel de tristeza puede ser tan intenso que llega a consumir todos los aspectos de la vida diaria.
Fijación en la pérdida: Una persona que experimenta duelo complicado puede encontrar difícil dejar de pensar en la persona que ha fallecido, obsesionarse con los detalles de la muerte, sentirse incapaces de aceptar la realidad de la pérdida, o creer que no podrán vivir sin su ser querido.
Aislamiento extremo: Este aislamiento no solo perpetúa el dolor, sino que también puede agravar sentimientos de soledad y desesperación.
Disfunción severamente alterada en la vida diaria: El duelo complicado puede manifestarse en una incapacidad para llevar a cabo las tareas diarias normales, como ir al trabajo, cuidar de uno mismo, o atender a responsabilidades básicas.
Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva: La persona puede sentir una culpa extrema por la muerte de su ser querido, creer que de alguna manera es responsable de lo sucedido, o sentir que no merece vivir o ser feliz.
Falta de esperanza en el futuro: Las personas con duelo complicado pueden perder el interés en planificar el futuro o en actividades que antes disfrutaban. Este sentimiento de desesperanza puede hacer que la vida parezca sin sentido.
Pensamientos suicidas: En los casos más graves, la persona puede sentir que la única forma de escapar del dolor es terminar con su vida. La presencia de pensamientos suicidas es un signo claro de que la persona necesita ayuda urgente.
Si reconoces en ti mismo o en alguien más los signos de duelo complicado, es vital buscar ayuda profesional lo antes posible. Un terapeuta especializado en duelo puede proporcionar el apoyo necesario para comenzar a sanar. El tratamiento puede incluir terapia individual, terapia grupal, y en algunos casos, medicación para manejar los síntomas de depresión o ansiedad que a menudo acompañan al duelo complicado.
Psicóloga Adultos, Adolescentes y Familias