Cada mujer tiene su forma particular de vivir y disfrutar de su sexualidad y esto también se aplica al embarazo. Esta etapa viene cargada de grandes cambios y, también de muchas dudas; entre ellas, las referidas a las relaciones sexuales durante la gestación.
Existen muchísimas creencias erróneas sobre si es bueno o no mantener relaciones sexuales durante el periodo gestacional siendo las más frecuentes las que tienen que ver con el miedo a hacer daño al bebé durante la penetración o el temor a provocar un parto prematuro.
Es tanta la influencia que todavía tienen estas falsas creencias en nuestra sociedad que en muchos casos tienen como resultado conflictos (tanto a nivel individual como en pareja) o que las relaciones sexuales que se mantengan generen tanto malestar y culpa que no se lleguen a disfrutar en consecuencia.
Los 8 mitos más comunes
- Miedo a dañar al bebé durante la penetración.
Esta creencia es totalmente falsa ya que el bebé está protegido por el líquido amniótico y el útero que se encuentra sellado por una membrana mucosa que cierra el cérvix protegiendo al bebé incluso de infecciones vaginales. Así, el pene nunca entrará en contacto con el bebé durante las relaciones sexuales.
- El orgasmo puede provocar el parto.
Es cierto que durante el orgasmo se genera oxitocina que es la hormona que dirige el parto. Sin embargo, no puede desencadenarlo a no ser que el cuello del útero esté preparado para ello y que el parto sea inminente.
Además, las contracciones que se tienen durante el parto son totalmente diferentes a las que se dan durante el orgasmo, las cuales ayudan a mantener el útero flexible.
- El embarazo protege de enfermedades de transmisión sexual.
Estar embarazada de ningún modo te protege de contraer o transmitir una enfermedad de transmisión sexual por lo que es importante el uso de preservativos si alguno de los miembros de la pareja tiene alguna ETS o en el caso de nuevas parejas sexuales o relaciones de pareja no monógamas.
Las enfermedades de transmisión sexual se contagian por la sangre o los fluidos sexuales por lo que es necesario extremar las precauciones para evitar posibles peligros al bebé.
- La penetración puede provocar un aborto.
Esto no es posible porque, como ya hemos dicho, el bebé se encuentra totalmente protegido por el útero y el tapón mucoso. Desgraciadamente, la mayoría de los abortos espontáneos se producen porque el feto no se está desarrollando adecuadamente.
- El deseo sexual disminuye durante el embarazo.
Esto es algo muy subjetivo ya que el deseo sexual de cada mujer es diferente y puede verse afectado por distintos motivos. Por ello, puede que durante esta etapa el deseo aumente, sea menor o se mantenga igual.
Sí que es cierto que puede que en el primer trimestre el deseo disminuya debido a los cambios corporales, cansancio o a las náuseas y vómitos. También durante el tercer trimestre el deseo de mantener relaciones sexuales puede ser menor debido a la incomodidad, el volumen del vientre y el tamaño del bebé además de que algunas posturas sexuales se hacen más difíciles de llevar a cabo.
Sin embargo, durante el segundo trimestre del embarazo el deseo sexual suele aumentar ya que la mujer ya se siente adaptada a su nueva situación y su nueva forma, los síntomas del primer trimestre se alivian aumentando el bienestar y el tamaño del vientre permite todavía comodidad para practicar relaciones sexuales. Durante estos meses el flujo sanguíneo en el área pélvica se incrementa lo que provoca mayor deseo sexual y mayor facilidad para llegar al orgasmo. Tanto es así que muchas mujeres afirman haber experimentado los orgasmos más intensos de sus vidas en esta etapa.
Por otro lado, es probable que el impulso sexual del otro miembro de la pareja presente cambios ya sea que aumente porque el vínculo se hace más fuerte ante la nueva situación o que disminuya debido al estrés y preocupación por inminente paternidad o la salud del bebé o la madre.
- El cuerpo de las embarazadas no es atractivo.
Lo que para cada uno es atractivo o excitante dependerá de las preferencias individuales de cada persona pudiendo haber personas que sientan mayor deseo por el cuerpo de una mujer embarazada o incluso forme parte de sus fantasías sexuales.
Durante el embarazo la mujer pasa por muchísimos cambios corporales, entre ellos el aumento de los pechos y la redondez del cuerpo, lo que puede traducirse en que ellas mismas se sientan y se muestren más sensuales de manera que sus parejas las encuentren mucho más atractivas.
- El bebé será consciente de lo que está pasando.
El bebé no notará nada más que un balanceo debido a los movimientos ya que se encuentra perfectamente acomodado en el saco amniótico ajeno a cualquier cosa que suceda en el exterior.
- No se pueden practicar ciertas posturas sexuales.
Es cierto que, dependiendo del tamaño del vientre, hay ciertas posturas que se pueden hacer más difíciles o incómodas de practicar, pero de ninguna manera existen posturas prohibidas. La clave es encontrar la comodidad para que las relaciones resulten placenteras y gratificantes.
Por ejemplo, la posición en la que el hombre se encuentra sobre la mujer se hace más complicada en el tercer trimestre debido al volumen del vientre y la postura en la que el hombre está erguido detrás de la mujer puede resultar en ocasiones molesta porque aumenta la profundidad de la penetración, pero en ningún caso es peligrosa para el bebé.
Hay mujeres que prefieren colocarse encima del hombre para así controlar ellas la profundidad, los movimientos y el ritmo y sentirse más seguras o parejas que prefieren hacerlo sentados o de lado para así estar más cómodos.
Aunque todas las creencias anteriores sean falsas, sí es importante tener en cuenta que, en ciertos casos, las relaciones sexuales durante el embarazo no son recomendables. Por tanto, es fundamental que mantengas tus revisiones médicas al día y que evites mantener relaciones sexuales si tu médico así te lo aconseja.
Beneficios del sexo durante el embarazo
Aunque hay ciertas situaciones en las que hay que evitar mantener relaciones sexuales, lo cierto es que el sexo durante el embarazo tiene más beneficios que contraindicaciones.
- Fortalece los músculos de la vagina.
- Sensaciones placenteras y gratificantes.
- Supone una modalidad de ejercicio físico beneficiosa para la salud ya que estimula la circulación sanguínea y trabaja grupos musculares.
- Mejora el estado de ánimo y el bienestar gracias a la liberación de endorfinas, encefalinas y oxitocina (considerada la hormona del amor, relacionada con el apego y el placer).
- Facilita el sueño de la mamá, la relajan y disminuyen los niveles de estrés.
- Se cuida la autoestima materna ya que notará que los cambios corporales producidos por el embarazo no han supuesto un distanciamiento en la relación de pareja.
- El bebé recibe más oxígeno durante las relaciones sexuales.
- El orgasmo de la mamá le proporcionará placer y le resultará agradable al bebé.
- Para el bebé será como un suave masaje debido a que el útero recibe las contracciones orgásmicas.
- La lubricación vaginal aumenta al tener mayor vascularización sanguínea lo que mejora las relaciones sexuales y la calidad del orgasmo.
- Alivia dolores y molestias a causa de la segregación hormonal.
- La pareja está más relajada al no tener que estar pendientes del control de la natalidad.
- En parejas que hayan pasado por procesos de fertilidad, encontrarán liberador no tener que ceñirse a calendarios y podrán dar rienda suelta a su deseo.
- Aumenta el vínculo afectivo de la pareja.
En definitiva, mantener relaciones sexuales durante el embarazo beneficiará tanto a madre, bebé y relación de pareja. No obstante, si aun conociendo los efectos positivos del sexo durante la gestación prefieres no mantener relaciones sexuales, no hay nada de malo en ello. Aquí será importante tener una buena comunicación en pareja que permita expresar las preocupaciones, las necesidades y los deseos de cada uno de manera que podáis ser capaces de entenderos, cuidaros y serviros de apoyo.
No obstante, es fundamental tener presente que la sexualidad abarca mucho más que la penetración y que quizá podéis no sentiros cómodos con esa práctica en concreto, pero sí con otras como los besos, las caricias o la masturbación. Recordemos que la piel es nuestro órgano sexual más extenso y que ello nos ofrece un mundo de posibilidades.