La ansiedad es el estado emocional encargado de poner en alerta a nuestro organismo ante una situación que se valora como peligrosa. De hecho, en algunas situaciones no es solo normal sino bastante necesaria, ya que nos ayuda a enfrentarnos a ellas aumentando nuestra motivación para actuar y mejorando nuestro rendimiento.
Sin embargo, cuando alcanza niveles elevados se convierte en debilitante, haciendo que sea muy difícil conseguir relajarse y disfrutar de lo que se está haciendo.
Para muchas personas la ansiedad elevada puede tomar forma de:
- Fobias específicas: miedos y fobias
- Trastornos de angustia: crisis de ansiedad y ataques de pánico
- Trastorno obsesivo compulsivo: obsesiones
- Trastorno de ansiedad generalizada: preocupación persistente
- Hipocondria: Miedo a la muerte y a la enfermedad
- Fobia social: Incomodidad elevada en situaciones sociales.
- Trastorno por estrés agudo: estrés laboral, emocional...
- Trastorno por estrés postraumático: accidentes, traumas, catástrofes, emergencias
Comenzaremos identificando tanto las situaciones que la desencadenan como las respuestas que se producen a nivel:
- Físico (latidos del corazón fuertes y rápidos, temblores, mareos y nauseas, etc.),
- De pensamiento (pensamientos de estar en peligro o de que algo malo va a suceder, de hacer el ridículo, perder el control, etc.) y
- De conducta (evitar situaciones, dificultades para actuar, etc.).
También complementaremos este trabajo, a nivel más profundo, con técnicas innovadoras como la terapia EMDR, que permitirá que la información de hechos pasados responsable de activar el miedo, la ansiedad y la angustia, sea procesada e integrada de forma adaptativa, desapareciendo su carga emocional en el presente.