Las relaciones con los demás pueden ser íntimas como con los cónyuges, familiares, amigos, etc. o más informales, como en el caso de las relaciones profesionales. Sin embargo, y con independencia de cuál sea su naturaleza, dedicamos una gran cantidad de emociones y pensamientos a todas ellas. Nuestras relaciones son una de las mayores fuentes de satisfacción, pero también un área muy sensible al estrés y al dolor emocional. Con frecuencia suelen ser un terreno fértil para producir malentendidos, ira, decepción, angustia, frustración, impotencia, etc.
En otras ocasiones, las dificultades provienen de un sentimiento de timidez e incomodidad experimentado al relacionarse con los demás.
Tu manera de relacionarte con los demás puede mejorarse y ser más saludable a través de un adecuado entrenamiento en:
- Habilidades de comunicación: para iniciar, mantener y cerrar conversaciones, realizar y recibir críticas, etc.
- Habilidades de resolución de problemas: como las habilidades de negociación, etc.
- Habilidades de regulación emocional: para tolerar la frustración, sentir empatía, etc.