El insomnio es uno de los trastornos del sueño más comunes. Aunque suele concebirse como la dificultad para iniciar el sueño, lo cierto es que la dificultad para dormir puede consistir en la dificultad para conciliar el sueño al acostarse (insomnio inicial, el más común de los tres) en despertarse frecuente durante la noche (insomnio intermedio), o en despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal).
Esto impide la recuperación que el cuerpo necesita durante el descanso nocturno, pudiendo ocasionar somnolencia diurna, baja concentración e incapacidad para sentirse activo durante el día.