Desde que se decretó el estado de alarma, todos somos más conscientes de la presencia de un enemigo invisible, que se mueve sin control y sin reglas previamente conocidas, es letal en algunos casos y prácticamente inocuo en otros. Nos dicen que puede que una parte de la población la puede haber pasado apenas sin enterarse, lo que puede generar cierto alivio, pero cada uno se pregunta, ¿la habré pasado? Y si no es así, ¿cómo me puede afectar?
Ante esta última pregunta, hay personas que pueden llegar a vivir esta duda desde una auto observación obsesiva, buscando posibles síntomas en sí o incluso en sus personas cercanas. ¿qué nos puede llevar a esto? Nuestro cuerpo, nuestra mente también está en estado de alerta, esto quiere decir que, de una manera más o menos consciente, tenemos en cuenta a ese enemigo que causa gran incertidumbre, sumado al estado de confinamiento y lo extraño de la situación actual, muchas personas están sintiendo ansiedad.
La ansiedad, es un mecanismo adaptativo que nos alerta ante sucesos potencialmente peligrosos, de hecho, en determinadas situaciones, una ansiedad moderada nos puede ayudar a mantenernos concentrados y afrontar objetivos, pero cuando el sistema de respuesta de la ansiedad se desborda, bien por un factor de estrés muy intenso o excesivamente continuado, como estamos viviendo ahora, podemos desarrollar síntomas de un trastorno de ansiedad.
Los síntomas mentales de la ansiedad son: preocupación constante, cansancio, irritabilidad, agitación y problemas para la concentración y el sueño.
Los síntomas físicos son taquicardia, dificultad para respirar, tensión muscular, temblores, mareos, sudoración, diarrea, dolores de cabeza e incluso desmayos.
Cuando tenemos ansiedad, nuestro sistema cognitivo comienza a generar pensamientos relacionados con la proximidad de peligro. En este caso, el miedo a enfermar. Igual que si vamos a cruzar por una calle con mucho tráfico, vigilamos un posible riesgo de atropello, la persona con ansiedad y miedo a enfermar observa su cuerpo, y los propios síntomas de ansiedad, los puede vivir como posibles síntomas del COVID-19. Hay personas que tienen tendencia a la hipocondría, esto es el miedo obsesivo a enfermar o la convicción de estar enfermos, en estos casos la preocupación llega a ser invalidante, generando gran sufrimiento y es necesario un abordaje terapéutico adecuado para poder tratarlo.
La información continua sobre la pandemia a la que estamos expuestos, los síntomas físicos de ansiedad y la tendencia a un pensamiento catastrofista puede llevar a la autoexploración de posibles síntomas, cuando entonces siento presión en el pecho, falta de aire, y temblores, puedo pensar que efectivamente estoy enfermo, lo que me causa más ansiedad, metiéndome en un bucle, que en algunos casos puede llevar a crisis de ansiedad muy intensas. Es importante entender que, en este momento, la mayoría de la población estamos viviendo síntomas de ansiedad de una forma más o menos intensa, para poder comprender qué nos está pasando en el día a día, los miedos, pesadillas, preocupaciones excesivas, irritabilidad, fatiga o desesperanza. Pide ayuda si sientes que lo necesitas, pero sobre todo cuídate mucho.
Os hago un pequeño resumen:
- Síntomas de ansiedad:
- Ataque de pánico, episodios discretos, con inicio abrupto y finalización
- Palpitaciones, sentimientos de muerte inminente, sentimientos de falta de control, diarrea o molestias abdominales
- Síntomas comunes:
- Escalofríos, temblores, sudores
- Dolor pecho, bochornos, fatiga, falta de aire
- Síntomas COVID-19:
- Fiebre, tos seca
- Problemas respiratorios, fatiga extrema
¡Un abrazo enorme y muchísimo ánimo!