En nuestro día a día es muy frecuente encontrarnos en una situación o con una persona que nos puede generar malestar: una acción, un comentario, un resultado, una expectativa no cumplida…
Cuando esto sucede y reconocemos esa emoción (enfado, tristeza, desagrado, etc.) generalmente lo que hacemos, sobre todo si es una emoción que nos genera malestar, incomodidad o dolor, es resistirnos a esta emoción “negativa” y hacer todo lo posible por eliminarla, esconderla o evitarla.