Estamos en verano y quien no ha disfrutado ya de sus vacaciones, está a punto de hacerlo. Vamos notando ya la necesidad de parar y desconectar de una forma u otra. Fatiga, dificultad de concentración, desmotivación, … el cuerpo y la mente nos avisan de la necesidad de ese merecido descanso, más aún en este año en el que la presencia de la pandemia ha incrementado el nivel de estrés en la mayoría de las personas, bien sea por el riesgo de exposición, incertidumbre sobre el trabajo, sobrecarga de trabajo, o miedo a enfermar, si es que no ha enfermado, entre otros motivos.