Desde siempre los niños han tenido la necesidad de una actividad: moverse, curiosear, manipular y experimentar, crear, relacionarse, intercambiar vivencias, acciones y sentimientos.
Además de ser una actividad, el juego ayuda a desarrollar las funciones psíquicas, físicas y sociales en los niños y los juguetes pueden convertirse en herramientas esenciales para su buen desarrollo.