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Salud mental de tu hijo

Cierran los coles, abren las escuelas de verano, prisas, carreras, las vacaciones de los padres que parece que no llegan, abuelos preparados para echar una mano, olas de calor, rebajas, trafico infernal, malestar, ventanas abiertas, ruido, ruido de noche y de día, compromisos sociales, planes, elecciones, expectativas que se quiebran, festivales, conciertos, mosquitos…  así corre la vida, queramos o no, y se nos escapa y pensamos alcanzarla cuando lleguemos a ese destino soñado, o a ese día que no haya que madrugar, pero no hay vuelta atrás, lo que pasó pasó.

Desórdenes alimentarios

Cuando hablamos de trastornos alimentarios es probable que rápidamente vengan a nuestra mente dos conceptos: anorexia y bulimia. Es cierto que ambos trastornos son los más conocidos entre los desordenes de tipo alimentario, pero en realidad dentro de este tipo de problemas podemos encontrar algunos más.

Resiliencia

De un tiempo a esta parte, en los últimos años cada vez más, se escucha la palabra “resiliencia”, que es entendida como la capacidad de las personas para adaptarse y superar situaciones adversas e incluso salir reforzados de ellas.

Desde una crianza respetuosa y de buenos tratos, es lógico pensar que toda madre/padre o cuidador principal de los niños y adolescentes, pretendan que sus hijos crezcan resilientes, con el fin de que obtengan un menor sufrimiento de las experiencias a las que se han de enfrentar a lo largo de sus vidas.

Autoconcepto infantil

A menudo escuchamos consejos sobre la crianza, sobre cómo hacer lo mejor para los/as niños durante sus primeros años de vida. Existen innumerables libros y publicaciones que generan interesantes debates sobre qué es mejor hacer o no hacer, perdiéndonos en un mar de argumentos con diferentes cuestiones.

Trataré de explicar, en este artículo, algo que unifica varias preguntas, pues en realidad constituye la raíz de todo. Teniendo en cuenta lo que comentaremos a continuación, simplificaremos mucho el "qué hacer o no" con nuestros hijos.

Emociones de los Demás

La mayoría de nosotros/as hemos sido educados/as en el “no hagas al otro/a lo que no quieras que te hagan a ti” y con ello, muchos/as hemos crecido intentando que los demás se sintieran bien a nuestro alrededor. Aprendimos que tenemos que (com)portarnos bien y que el buen trato es un principio de convivencia importante. Además, algunos/as también crecimos bajo el mandato de la complacencia haciendo que el foco de nuestra atención se centrara más en el bienestar ajeno y se nos olvidara el nuestro propio.

Luchando con mi emoción paralizante

Se entiende la incertidumbre como el estado de desconocimiento que tiene una persona acerca de lo que sucederá en el futuro. Ante este estado de desconocimiento sobre la realidad que nos toca vivir puede existir una sensación de inseguridad, de miedo o de titubeo que es probable que ocasione la parálisis de la persona en su toma de decisiones, sintiéndose bloqueado o con mucha preocupación por no permitirse la posibilidad de que algo “salga mal”.

 

Podemos reconocer algunas expresiones, creencias o sensaciones tales como:

Hombre y niño leyendo

La lectura es una fábrica de sueños.

Ana María Matute.

Agresividad

Durante la última semana, la calle y los medios de comunicación de mi ciudad han estado llenos de comentarios acerca de la agresividad y la violencia en la juventud. Tanto es así, que he decidido recordar en este post algunos aspectos de la agresividad humana, a modo de invitación para reflexionar  juntos.

Odio la navidad

¡Ya estamos de nuevo en Navidad! Época de luces, colores, regalos, reencuentros, comidas familiares, y alegría por todas partes… ¿o no?

Parece que con la Navidad llega cierta exigencia de sentirnos felices que no es fácil de gestionar, ya que en ocasiones es difícil encontrar motivos solo porque estemos en estas fechas… en ocasiones es más bien al contrario.

Estoy segura de que todos nosotros en los últimos tiempos hemos oído hablar de un concepto que cada vez se está escuchando más: el comer emocional. De hecho, aunque no le hayamos puesto el nombre, también es seguro que todos lo hemos hecho alguna vez, no es algo nuevo: comer como consecuencia de una emoción.

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